lunes, 17 de mayo de 2010

Querido Pablo (8)

























































































































1 comentario:

Laura dijo...

Fer: Volver a decir que es buenísimo ronda ya casi lo chabacano y chupamedia, y nada más lejos de mi interés que entrar en esos terrenos farragosos (¿?)
Pero sí me quedé pensando en esto que decís:”La única objeción que se me puede hacer es que estoy trabajando gratis (…) en realidad yo consumo mucha (…)y me traigan alumnos…”
Primero quisiera aprender a dibujar con mouse, no sea cosa que me discriminen por puto, ya que no lo toleraría bajo ninguna circunstancia, pero además, me colgué con el prurito que estamos teniendo (todos, no es sólo lo que decís, sino lo veo constantemente, y en mí misma) acerca del laburar gratis. Por un lado está la remuneración a la que todos tenemos derecho, eso está fuera de discusión, pero: tanto nos ganaron con el individualismo, con la privatización del placer, somos todos monotributistas de nuestro tiempo libre? Por qué tenemos que estar esforzándonos por argumentar, explicar por qué hacemos cosas sin recibir guita a cambio? Y el placer de compartir con otros, de hacer cosas porque tenemos ganas, de militar (de una manera novedosa) exponiendo lo que pensamos, discutiendo, disfrutando de lo que hacemos y otros hacen? Hace algunos años ni se nos pasaba por la cabeza cuestionarnos esto, era así nomás, militar, dar una mano, ser solidarios, enbarrarnos hasta las pelotas en una inundación, organizar un recital de poesía, o juntarnos a estudiar cómo hacer o Qué hacer. Y ahora se nos cae la cara de vergüenza si convocamos a alguien a dar una charla, o hacer una obra de teatro, o escribir o dibujar en un blog sabiendo que no hay un mango. ¿Qué nos pasó? Por qué esta necesidad de justificar que sólo hay a cambio el placer de hacer, de compartir, y de recibir lo mismo multiplicado por muchas voces que nos abrigan, nos hacen pensar y crecer? Vuelvo a decir, no es por lo que escribis, sino que se me escapó la cadena. Perdón, a veces me pongo así…Un abrazo