jueves, 10 de junio de 2010

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No a todas. Solo a las recurrentes. A esas ideas que nos visitan en todo momento una y otra vez, pero después de asomar los bigotes inmediatamente les vemos la cola que se aleja.
Hay de dos tipos: gatos y ratones.
A las primeras las vemos con cariño, por más que se van , tan rápido como vinieron, sabemos que un día se quedaran buscando abrigo, plato de leche que las engorde. Y un nombre.
Las otras, ay, siempre serán más que fugaces: crujido en la madera, cola zigzagueante, frío en la espalda, un cierto temor. Nunca nombrables.

1 comentario:

Laura dijo...

Más, queremos más de este Katz (Kätzchen)